1 abr 2012

Popi vuelve a nacer

Rojo (nº. 6) y el preparador físico Paco Guillem
con Popi
tendido en el suelo.
Foto: Cristina Ripoll
La victoria del Alcoyano B frente al Horadada ha quedado en segundo plano debido a los minutos de pánico protagonizados por el jugador blanquiazul, Popi. En el minuto 88 el portero visitante Alejandro y Popi chocan de manera fortuita, cuando el primero salía a despejar el balón, con tan mala suerte de golpearle con la rodilla en la cara. El golpe ha sido brutal, Popi ha quedado tendido en el terreno de juego, y Alejandro se ha dado cuenta de la gravedad dando la voz de alarma, al tiempo que el central Antonio Rojo le ha introducido los dedos para que Popi no asfixiara, puesto que se había tragado la lengua. A ese punto ha llegado inmediatamente el preparador físico del Horadada, Paco Guillem que ha ayudado a Rojo con la maniobra y han evitado la tragedia. La rápida intervención y el famoso "tubo de Guedel" han salvado la vida a Popi.

Popi es trasladado al hospital Virgen de los Lirios.
Foto: Cristina Ripoll.
Posteriormente han accedido al terreno de juego personal médico cualificado. Como María Rosa, madre del blanquiazul Serra, y enfermera de profesión, así como la enfermera del polideportivo de Alcoy, Gema. Llegando a última hora el servicio de soporte de la Cruz Roja, que en esos momentos no se encontraba ya en las instalaciones deportivas. Para entonces el jugador estaba consciente y orientado. Acto seguido Popi ha sido inmovilizado con un collarín y se le ha abierto una vía para introducirle suero. Las ambulancias, tanto de la Cruz Roja como del Samu, han tardado más de 20 minutos en llegar. Popi ha sido traslado al hospital Virgen de los Lirios.

La preocupación se vio reflejado en el rostro de todos los miembros del equipo, así como los jugadores rivales que estuvieron apoyándose mutuamente en momentos tan difíciles. El árbitro del partido exigió la rápida llegada de una ambulancia para trasladar al jugador. 

SITUACIÓN DRAMÁTICA
Popi sufrió un fuerte golpe lo que hizo que perdiera la consciencia. En ese momento se le cayó la lengua hacía la parte de atrás de la boca e imposibilitó que entrara aire. No hubo paro respiratorio por la intervención de Rojo, que fue vital para salvar la vida del jugador. A lo que contribuyó también el tubo de Guedel, un aparato que comprime la lengua hacia abajo y deja pasar el aire.  

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